Ramiro Camacho R.
Estamos viviendo una revolución social y cultural y ello pone en discusión los modelos institucionales y tradicionales de la escuela y de la universidad. De hecho, los instrumentos de formación, en parte hoy disponibles gracias a las nuevas tecnologías, permiten adquirir conocimientos y competencias, incluso, fuera de las estructuras educativas y formativas tradicionales.
Hoy todos pueden aprender a través de las redes telemáticas. Las instituciones formativas, ante los procesos de cambio que caracterizan y caracterizarán siempre más esta fase de transformación, deben estar en condiciones, permanentemente, de innovar los contenidos de las disciplinas, reorganizar las mallas curriculares e identificar nuevas direcciones de desarrollo vinculadas a las necesidades específicas de un mercado del trabajo flexible e internacional.
Concentrando la atención en el nivel universitario, surge, clara, la exigencia de dar una nueva función a la Institución universitaria y al sistema de formación permanente y, por lo tanto, la necesidad de renovar los instrumentos y los mecanismos para llevarla a cabo.
Hoy las personas que se inscriben en los cursos de formación permanente de nivel superior, lo hacen motivados, no tanto por el deseo de insertarse en el nivel más alto del sistema productivo, como sucedía durante la postguerra, sino, más bien, por la necesidad de adquirir de modo rápido una competencia específica que les permita permanecer en un sistema en permanente reestructuración y encontrar allí una nueva colocación.
Esto significa que la Universidad debe estar en condiciones de transmitir conocimientos just in time “justo a tiempo”, bajo un flujo continuo, misión para la cual no ha sido concebida. A esta actualización permanente de los contenidos, se vincula la necesidad de revisar modelos y métodos de enseñanza y de aprendizaje; requisito puesto por las modificaciones profundas que las nuevas tecnologías introducen en los modos de transmisión del conocimiento.
En este contexto, la universidad, debe, si quiere mantener un rol adecuado a su tradición y a sus potencialidades en el desarrollo cultural y social, identificar nuevas estrategias que le permitan responder a las nuevas necesidades y llegar a los nuevos usuarios.
Si la universidad no afronta este nuevo desafío, corre el riesgo de seguir en la enseñanza el camino seguido en la investigación. El análisis de los contenidos y de los modelos psicopedagógicos de estos cursos de formación evidencia que, en muchos casos, los interformativos no se orientan al desarrollo de conocimientos y competencias de un modo crítico y problemático.
En la sociedad de la información como se perfila, el desarrollo de un sistema educativo y formativo amplio y abierto, que presenta notables potencialidades, pero también fuertes riesgos. Respecto a las estructuras educativas tradicionales, en ausencia de una profunda renovación, existe el peligro de una progresiva decadencia. En este contexto, si las universidades quieren mantener su rol central en la transmisión de los conocimientos, es necesario que:
- Identifiquen nuevas políticas de intervención para dar respuestas adecuadas a las necesidades de formación, incrementando la flexibilidad;
- Redefinan sus funciones para insertarse en el nuevo contexto y en el nuevo ambiente de la sociedad de la información.
- Modifiquen el rol profesional de los docentes.
- Se confronten con otras iniciativas de formación, paralelas y separadas, que ya se han desarrollado o que están por desarrollarse.
En otras palabras, se debería activar un mecanismo de transferencia de la innovación análogo, por empeño y espesor, al que se adopta cuando se introducen nuevas tecnologías en una empresa y que produce un cambio en la estructura, en el proceso productivo y en los perfiles profesionales. Los modelos de la producción industrial, como consecuencia de la introducción de nuevas tecnologías, han evolucionado en nuevos modelos flexibles. Una evolución análoga se debería verificar en el sistema formativo: abandonar la subdivisión rígida del iterformativo para abrir el camino a un sistema de formación abierto y flexible.
Es un desafío que todas las instituciones formativas deben afrontar. La Universidad puede responder a este desafío con éxito, gracias a la peculiaridad que le es propia: ser, simultáneamente, la sede natural de la investigación y de la enseñanza. Puede jugar un rol importante tanto para definir, a través de la investigación, los nuevos medios y los nuevos modos para comunicar el saber, utilizando las nuevas tecnologías informáticas y telemáticas, cuanto para activar nuevos procesos de enseñanza/aprendizaje flexibles y diversificados.
En el cuadro delineado hasta el momento se ubican las transformaciones que están madurando y las experiencias que se están desarrollando para la construcción de nuevos modelos. Esto se verifica tanto dentro de algunas universidades, cuanto a través de programas de cooperación entre diversas universidades.
En este segundo caso se dispone de un espectro de potencialidades más amplio para proyectar y realizar innovaciones, como resulta el sólo hecho de involucrar diversas universidades en un proyecto común.
Docentes
Está comprobado que la introducción de tecnologías en la actividad didáctica de una universidad interviene como factor activo en el trabajo de los docentes, modificando su modo de concebir, enfocar e implementar su actividad de enseñanza. De este modo se transforman las competencias de los docentes universitarios, quienes no son más los distribuidores privilegiados del saber. El profesor tiene una doble función, enseñar a través del internet y al mismo tiempo realizar una actividad de apoyo al aprendizaje a través de tecnologías y redes telemáticas.
La utilización de un medio como el internet determina una modificación en la comunicación didáctica tradicional. Los profesores han sido inducidos a identificar un nuevo modo de exponer, de sintetizar y de presentar el saber a un estudiante virtual, para activar en él un proceso de aprendizaje reflexivo y crítico. Elementos como blogs, mails, facebook, requiere una preparación particular y para explotar sus potencialidades, el docente tiene que trabajar en grupo junto a los técnicos y a los expertos en el lenguaje que permita una fácil comprensión de los mismos. Esto se ha desarrollado en los docentes en sus nuevas competencias comunicativas y nuevos lenguajes, incluso, para memorizar los resultados de los propios trabajos de investigación y para enseñar también en los propios cursos académicos tradicionales.
Los profesores han tenido que aprender a crear nuevos modelos de libros, a proyectar y realizar productos multimediales y laboratorios virtuales, a enseñar en videoconferencia y crear páginas didácticas en INTERNET, a guiar a los estudiantes en el proceso de autoaprendizaje con instrumentos, métodos y tecnologías no tradicionales.
Estudiantes
Pasando a los estudiantes, se verificara como se está modificando profundamente el proceso de aprendizaje. De aquel solamente tradicional a un modelo cooperativo y mixto, resulta, un observatorio privilegiado de las transformaciones que están emergiendo. Gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías y a su integración, pone a disposición en INTERNET un ambiente completo de aprendizaje donde se implementan cuatro modalidades diversas de comunicación del saber:
- Videolección digitalizada: en este ambiente el estudiante utiliza un modelo de aprendizaje linear ligado aún a la modalidad clásica de la enseñanza.
- Mediateca virtual: se utiliza una modalidad hipertextual para estudiar y consultar los libros relacionados a los varios argumentos tratados en video lección.
- El laboratorio virtual: el estudiante puede aumentar sus conocimientos según la modalidad learning by doing, asistido in itinere por un sistema interactivo de tutoría.
- Internet: mediante el diálogo en red, el estudiante puede activar un aprendizaje colaborativo y compartir las fases del proceso formativo con diversas realidades lingüísticas y sociales.
Estas cuatro modalidades se "alojan" en un espacio único, un lugar "virtual" en el cual el docente puede cultivar las propias actitudes mentales, puede entrar en una de las cuatro realidades y utilizar allí cuanto tiene a disposición para su proceso didáctico. La actividad está estructurada de tal modo que evita dispersiones y confusiones; por el contrario, ésa favorece la transferencia del saber, conocimientos y experiencias, en un contexto en el cual el alumno guiado permite pasar: de los simple a lo complejo, de la teoría a la proyección aplicativa, del estudio individual al diálogo interactivo entre docentes y estudiantes, de las ejercitaciones guiadas a la búsqueda de WWW.
En los ambientes de aprendizaje integrados y abiertos, el estudiante personaliza todos los procesos de estudio, interactúa con diversos materiales y realiza una estrategia de estudio multimedial e hipertextual; interrumpe la visión de la lección para consultar en la mediateca virtual base de datos y textos; lleva a cabo actividades en el laboratorio virtual para transformar los conocimientos teóricos en capacidades prácticas; navega en INTERNET para enriquecer los contenidos con informaciones que pueden provenir de realidades culturales y lingüísticas diversas; dialoga a través de los "Forum", realizando verdaderos encuentros virtuales entre docentes y alumnos de diversos ateneos del mundo para activar el intercambio y la confrontación y acceder a saberes diversificados.
En los cyberespacios didácticos, se crea entre los estudiantes un espíritu de grupo universal. La universidad se transforma así de un sistema aislado, dividido en clases y materias de estudio, sistema repetitivo de conocimientos previamente organizados, en un sistema abierto y capaz de integrar todos los conocimientos disponibles en la Red.
Conclusiones
Resulta entonces evidente hasta que punto un proceso de evolución hacia una nueva comunidad educativa, real y virtual, está destinado a superar los modelos de enseñanza/aprendizaje tradicionales.
Es significativo que los docentes que han impartido los cursos a distancia no enseñan más sólo a manera tradicional, sino que ejercen su rol de docentes en modos diversos.
Emerge un renovado entusiasmo que contagia también otras realidades académicas y que ha permitido reproducir el modelo a nivel europeo.
La clave del éxito reside, probablemente, en la adopción deliberada de una estructura dinámica y flexible: docentes y estudiantes son estimulados a adoptar las innovaciones tecnológicas a medida que ellas aparecen y se hacen disponibles.
La disponibilidad simultánea de recursos tecnológicos y humanos ha permitido incrementar notablemente la actividad de investigación y experimentar diversos modelos, con el objetivo de contribuir a la construcción de un cuerpo coherente de conocimientos teóricos y operativos que dé cuenta de los aspectos tecnológicos y cognoscitivos.
La investigación es necesaria para avanzar hacia un modelo de enseñanza a distancia que da forma a un nuevo sistema de transmisión del saber en la sociedad del conocimiento. Será entonces posible superar las fronteras y estimular la interacción entre los estudiantes y los docentes de las distintas universidades del mundo, internacionalizar la cultura, el saber y crear una universidad verdaderamente abierta y democrática, capaz de elaborar nuevos conocimiento, pero también nuevos valores.
“La Universidad que se despliega a "cielo abierto", sin confines, es la Universidad del futuro”
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