Por lo tanto, la cultura de masas encuentra en los medios de comunicación el reforzamiento necesario para la imagen del hombre masa. Este hombre es el resultado de un proceso de uniformización del sistema de producción capitalista, que nos indica que todos debemos usar las mismas cosas, servirnos de los mismos utensilios, comer los mismos alimentos, disfrutar de las mismas diversiones, frecuentar los mismos lugares, en concreto, consumir los productos y servicios que se nos ofrecen a través de los medios y gracias a la poderosa influencia de la publicidad.
Como la comunicación es el medio por el cual una sociedad se organiza, es gracias a ella que se desarrollan las relaciones humanas. La comunicación no solo esta compuesta por elementos físicos como la palabra, el escrito o la expresión del rostro; también esta conformada por los símbolos y los dispositivos por medio de los cuales se preserva y transmite, como son la imprenta, la televisión, la fotografía, etc.
Los medios de comunicación dan origen al intercambio y circulación de los mensajes y las ideas. Esto es aprovechado para la creación de formas simbólicas que serán transmitidas a través de los medios.
El surgimiento de los medios de comunicación cambio de manera radical la manera en que las formas simbólicas eran producidas, trasmitidas y recibidas por los individuos. A este proceso se le denomina mediatización de la cultura moderna.
Las figuras que aparecen en la televisión y en el cine se convierten en un punto de referencia para millones de personas alrededor del mundo. Tal vez nunca se conozcan entre sí, pero comparten una memoria colectiva, producto de la cultura mediatizada.
Ya que la comunicación produce y pone en circulación todas aquellas formas simbólicas que la caracterizan, es imposible desligar a las sociedades actuales de las actividades propias de las industrias de los medios. He allí la trascendencia y la importancia de analizarlas desde la perspectiva de los futuros comunicadores.
Ahora bien, en la actualidad los medios de comunicación constituyen un elemento decisivo que nos permite estar en continua comunicación con los distintos sucesos sociales, políticos y económicos tanto a escala nacional como internacional; en primer término, la televisión mantiene singular poder como instrumento de propaganda e influencia sobre el actuar y el pensar de las personas, logra modificar la forma en que los hombres conocen y comprenden la realidad que los rodea.
Sin duda, el patrón de conducta predominante en el mundo refleja que en las sociedades humanas una de las actividades preponderantes es aquella que conduce al consumo de medios de comunicación masivos en perjuicio de otras acciones más edificantes, tales como la lectura, el teatro o cualquier manifestación artística-cultural.
Con mucha frecuencia, la televisión se vuelve una presencia en la casa como consecuencia de una tendencia social donde cada vez más la gente vive sola. A pesar de ello, en la actualidad, los medios de comunicación masiva son la fuente principal de información y por lo tanto el vínculo de la opinión pública, sin dejar de lado que la información no es equivalente de noticia, publicidad o propaganda, sino el contenido de toda comunicación. La función social de la publicidad presentada por los medios, se ve totalmente desvirtuada. En vez de orientar, fomenta el consumo irracional y excesivo, reflejando así que lo único que importa es vender, dejándose ver de esta forma, la intervención permanente del gremio empresarial en los medios de comunicación.
Sin embargo, la publicidad vista desde otro ángulo, proporciona total o parcialmente, los recursos económicos de la mayoría de las organizaciones encargadas de la comunicación, estableciéndose así en la base económica de los sistemas de información.
De esta manera se crea una dependencia de los medios ante el mercado, con todo y las consecuencias ideológicas que ello produce.
Lo anterior nos permite ubicar, como un hecho histórico dentro del capitalismo, la conversión de la información en un fenómeno comercial, al ser ésta un medio determinante en la formación de la opinión pública, tomando en cuenta que el hecho de informar se convirtió en una industria de elevado costo, pero de alta rentabilidad económica y política.
Si bien se ha insistido en que la televisión es el principal medio de comunicación aceptado a nivel mundial y la radio como segunda instancia, no podemos dejar de lado al Internet, el cual se ha convertido en el medio de más alto crecimiento en la historia. En la actualidad, muchas empresas obtienen dinero de la publicidad en la Web.
La creciente tendencia al uso de las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) en esferas globales y ubica a los medios digitales en una posición predilecta en cuanto a la búsqueda de información, ya sea con fines políticos, comerciales, informativos, de entretenimiento, etcétera.
De tal forma que el Internet está jugando un rol muy importante en la en vida cotidiana de las sociedades, dando la pauta para creer que será en un futuro no lejano, el medio de comunicación más aceptado, superando a cualquier otro en la historia de la humanidad; sin embargo, en la actualidad no puede ser tomado como tal, debido a que su distribución permanece altamente asimétrica, es decir, sólo los países más desarrollados cuentan con la infraestructura requerida (instalaciones, instrumentos, servicios, recursos humanos, entre otros) para su acceso, formando así una élite a nivel global.
Algunos críticos sostienen que la revolución digital incluye muchas promesas para los países en desarrollo. La idea de unirse a la sociedad de la información y el conocimiento es impulsada reciamente en todo el mundo, sobre todo por intereses comerciales, políticos e informativos.
En la actualidad los medios de comunicación (televisión, radio, Internet, y/o la lectura en cualquiera de sus manifestaciones), nos sumergen en un mar de información afectada en gran medida por oligopolios empresariales y de gobierno que impiden la reacción crítica y selectiva de algunas sociedades. Lo ideal sería formar parte de una cultura de masas interactiva en donde difícilmente los medios puedan manipular nuestra percepción, de hecho el problema no es que existan las masas, el inconveniente es cuando estas sociedades se vuelven únicamente receptoras de la información, incapaces de emitir algún juicio reflexivo, estableciendo una de las desventajas más trascendentales en dicha cultura.
No obstante, es importante mencionar la importancia que tiene la información para el hombre en sociedad; sin ella, éste se convertiría en un ser aislado, desvinculado de la realidad y sin capacidad de actuar conscientemente sobre ella para transformarla; lejos de ser un lujo, es un elemento imprescindible en el desarrollo de la persona humana.
Sin duda, el medio de comunicación idóneo para lograr esta acción es la lectura, ya que se reconoce como una forma de adquirir conocimientos e información; es además un ejercicio que tiene que ver con la concentración, deducción, análisis, imaginación, creatividad, manifestación de sentimientos; es decir, quien lee ejercita estas facultades, porque las pone en práctica. Pero también existe la interacción del lector con el texto y en la construcción de significados. Leer es un placer y es una actividad propia de un lector autónomo, de aquel que ya descubrió que en la lectura hay un mundo mágico, lleno de personajes fantásticos e historias interesantes. La lectura da facilidad para exponer el propio pensamiento y posibilita la capacidad de pensar. En el acto de leer, se establecen conceptos, juicios y razonamientos ya que, aunque no seamos conscientes de ello, estamos dialogando constantemente con el autor y con nuestra propia percepción.
Contar con un hábito lector nos garantiza tener conocimientos frescos y actualizados y poseer una actitud crítica; esto, más que ser dueño de un pasatiempo digno de elogio, tiene como objetivo garantizar el futuro de las generaciones que en este momento se están formando, ya que tendrán en sus manos la herramienta fundamental para cambiar la simple información a conocimiento, elevando así su calidad de vida y contribuyendo al desarrollo de los países.
En la actualidad los medios de comunicación constituyen un elemento persuasivo determinante en la formación de la opinión pública; la publicidad está íntimamente ligada a ellos estableciéndose así en la base económica de los sistemas de información. Los oligopolios empresariales y de gobierno principalmente, hacen uso de las TIC, como herramienta de difusión e influencia sobre el actuar y el pensar de las personas; la televisión mantiene singular poder como instrumento de propaganda por ser el medio más implantado en las sociedades a nivel mundial, sin olvidar que el Internet, se ha convertido en el medio de más alto crecimiento en la historia, pero utilizado actualmente sólo por una élite a nivel global, lo que proyecta que éste será en un futuro no lejano, el medio de comunicación más aceptado.
El problema del fenómeno de culturas de masas se da cuando éstas se vuelven únicamente receptoras de la información que absorben de los medios; por tal motivo, se propone recurrir al fomento de la lectura (a través de sistemas impresos, electrónicos, digitales, etc. ), ya que ella garantiza tener conocimientos actualizados y poseer una actitud crítica ante lo que se nos ofrece en los sistemas mediáticos al poner en práctica facultades exclusivas del ser humano tales como la imaginación, el análisis, la creatividad, la concentración entre otras.
Es también importante tratar el tema de la transculturación el cual sienta sus bases (entre otros aspectos) en una falta de identidad nacional, falta de orientación y un constante bombardeo del consumismo sin defensa racional de nuestras mentes.
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